jueves, 8 de julio de 2010

Llegará la vendimia

De crisis y de iras


Llegará la vendimia

Por Pablo Gabriel Felizia


La crisis del ´30 se descarga rápidamente sobre las espaldas de los trabajadores y campesinos. En Estados Unidos, una familia agraria debe entregar sus tierras a los bancos: no puede pagar los créditos. Los expulsados del campo recorren la ruta 66 atravesando miles de kilómetros sin la certeza de una vida mejor. Pero algo cambia en el transcurso de sus historias...

Las uvas de la ira
de John Steinbeck
Círculo de Lectores por Cortesía de Editorial Planeta
526 páginas
La crisis del ´30 se descarga rápidamente sobre las espaldas de los trabajadores y campesinos. En Estados Unidos, una familia agraria debe entregar sus tierras a los bancos: no puede pagar los créditos. Las extensiones del territorio y la producción familiar fueron aislando unos de otros de las tranqueras para adentro. Pero con la crisis se volcaron a la ruta en busca de un nuevo lugar donde vivir, de la dignidad del trabajo, del pan diario. Los expulsados del campo recorren la ruta 66 atravesando miles de kilómetros sin la certeza de una vida mejor. Pero algo cambia en el transcurso de sus historias: los hombres y mujeres, de las tranqueras para afuera, se necesitan mutuamente para poder sobrevivir, y aquello que antes era un solo “yo” ahora se transforma en un temible “nosotros”.
Lo cierto es que Steinbeck no quería publicar el libro. Cinco meses tardó en escribirlo y lo consideraba poco cuidado, mal escrito. Sin embargo la trama y el método son impecables: entrelaza la historia de una familia campesina con capítulos generales sobre la expulsión de la tierra de la familia agraria. El punto de partida es la crisis financiera y las estafas estatales y bancarias. Nunca a lo largo de la historia pierde el desarrollo de la ficción y las descripciones son profundas. Con esta novela ganó el premio Pulitzer en 1940, luego fue llevada al cine. La aparición de la historia data de un año antes.
Steinbeck es uno de esos escritores que necesitan integrarse a la realidad que pretenden describir en la ficción. Así lo hizo a lo largo de su vida y no sólo en Estados Unidos: también recorrió América Latina viviendo junto a los pobres del campo. Sombríos críticos ocultan este aspecto de la vida del escritor. El sudor no retribuido, la violencia que enfrenta la violencia injusta y la ternura de quienes se necesitan dan cuerpo a la novela: “Las grandes compañías ignoran que es muy delgada la línea que separa el hambre de la ira. Y el dinero que pudo haberse pagado en jornales se gastó en gases venenosos, armas, agentes y espías, en listas negras, en instrucción militar. En las carreteras los seres errantes se arrastraban como hormigas en busca de trabajo, de pan. Y la ira comenzó a fermentar.”
Éste es un libro que se edita permanentemente en la actualidad. Hay varias ediciones en las bibliotecas, incluso, y a pesar de ser extenso tiene un precio moderado; se lo puede conseguir también en las librerías de canje de la ciudad de Paraná. Dice Steinbeck en uno de los capítulos: “…y en los ojos de los hambrientos hay una ira que va creciendo. En sus almas las uvas de ira van desarrollándose y creciendo, y algún día llegará la vendimia.” En 1962 recibió el premio Novel de Literatura.

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