sábado, 21 de agosto de 2010

El Bicentenario y la Guerra de Malvinas

El Bicentenario y la Guerra de Malvinas



Hablan los combatientes


Por Pablo Gabriel Felizia


Doscientos años han pasado desde la Revolución de Mayo y aun permanece inconcluso el destino de nuestra Patria en disputa. ¿Quiénes la someten y la tironean? ¿En manos de quiénes están los recursos que necesita el pueblo argentino? El jueves 19 de agosto se realizó en la Fac. de Cs. Económicas el panel “El Bicentenario de la Revolución de Mayo y las Malvinas”.


Doscientos años han pasado desde la Revolución de Mayo y aun permanece inconcluso el destino de nuestra Patria en disputa. ¿Quiénes la someten y la tironean? ¿En manos de quiénes están los recursos que necesita el pueblo argentino? Qué dirían sobre la deuda externa, sobre la expoliación petrolera, pesquera y minera los Moreno, Belgrano, Castelli, San Martín, Artigas, entre otros. El jueves 19 de agosto se realizó en la Facultad de Ciencias Económicas una conferencia titulada “El Bicentenario de la Revolución de Mayo y las Malvinas”. Fueron expositores el Director de la revista Cuadernos Eduardo Lualdi y los Veteranos de Guerra de Malvinas Héctor Rosset de la ciudad de Paraná y el Teniente de Navío (retirado) Owen Crippa, quien recibió la máxima condecoración: “Cruz la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”. Los mismos fueron presentados por el Ingeniero Fernando Sassetti. Los panelistas abordaron en sus intervenciones distintos aspectos de la historia Argentina en el año del bicentenario y ubicaron la recuperación y gesta de Malvinas como un acontecimiento histórico inscripto en la lucha por la independencia. Asimismo desarrollaron, con amplios argumentos, el proceso de desmalvinización.

La Argentina del Bicentenario

El 25 de mayo de 2010 el pueblo argentino ganó las calles y se volcó a los festejos del Bicentenario. Gritó “el que no salta es un Inglés” cuando mostraron las cruces en Malvinas proyectadas en el Cabildo y se emocionó al ver a los combatientes de Malvinas desfilar por propia voluntad sin haber sido invitados oficialmente. Sin embargo, los festejos del Bicentenarios se hicieron en un contexto difícil para Argentina. En medio de la crisis económica internacional el sistema de defensa nacional ha sido desmantelado; el Estado Nacional le ha concedido a la empresa Panamericam la principal reserva de petróleo hasta el 2047 (el 60% de las acciones de Panamericam pertenecen a la empresa inglesa British Petroleum, el 20% a Bulgheroni y, recientemente, el otro 20% a una empresa estatal China); se le ha concedido a los Británicos y a los Chinos la explotación petrolera en la plataforma Argentina frente a Malvinas; la Presidente Cristina Fernández de Kirchner ha festejado el pago de la deuda externa fraudulenta contraída por el gobierno de facto de 1976 a través del Banco Barclays (entidad asociada a la explotación petrolera en Malvinas); se entregan la explotaciones mineras mega contaminantes a Chinos e Ingleses, entre otros; y se entregan nuestras tierras, más de 22 millones de hectáreas, a magnates como Benetton o el Ingles Joe Lewis, quien construyó y opera una pista de aterrizaje en Río Negro y que junto a otros millonarios Ingleses y yanquis poseen grandes extensiones de tierras en zonas de frontera y sobre las mayores reservas de agua dulce (1).

Eduardo Lualdi abrió la conferencia y expuso: “por un lado las minorías gerenciales, la mesa chica del poder en Argentina, se ha fragmentado en diversos pedazos; están divididos y luchan por sus intereses. Y por otro lado hay un vasto movimiento del pueblo por sus derechos y necesidades que recorre toda la geografía nacional. El remesón patriótico que emergió en la conmemoración del Bicentenario de la Revolución de Mayo, la fuerza que ha adquirido en el último tiempo la causa de Malvinas, la lucha por el patrimonio nacional y contra el saqueo de nuestros recursos naturales, la defensa de la producción nacional, agraria e industrial, contra la extranjerización de la tierra, contra la instalación del aeropuerto ingles en Río Negro, etc.; son todas manifestaciones de cambios.”
La revista Cuadernos ha publicado el 1° de Agosto su número 33 y lleva 12 años. En esta oportunidad se presentó una tercera entrega, que cuenta con 120 páginas y, entre ellas, documentos históricos como el Plan de Operaciones redactado por Mariano Moreno el 30 de agosto de 1810. Sobre lo expuesto anteriormente Lualdi dijo: “Hay buenas condiciones para que todos los sectores patrióticos y populares, aferrados a la matriz que dio origen en 1806 y 1807 al proceso que iba a instaurar en 1810 la Primera Junta de Gobierno, puedan avanzar en el objetivo común de trasformar la Argentina del doble discurso, la entrega y la humillación nacional, en un país libre e independiente de todo dominio extranjero, sin amo viejo ni amo nuevo, sin amos, como proclamó Belgrano oportunamente.

Los héroes de Malvinas

Luego tomó la palabra el Veterano de Guerra Héctor Rosset, quien desarrollo la experiencia vivida durante la guerra y los padecimientos posteriores. Expuso las dificultades al regresar de Malvinas con la orden de no hablar; de no difundir absolutamente nada. Agregó sobre el final: “Se dice ex combatiente. Yo me considero un combatiente de la causa de los Veteranos. Me considero un combatiente para que ninguno vuelva a pasar o a pensar en un suicidio; que nunca más tenga que mendigar un Veterano de Guerra en la República Argentina, y empezando por Entre Ríos. Porque, como lo he visto y lo he charlado con todos mis compañeros, los Veteranos de Guerra nos sentimos altamente orgullosos de haber podido participar de esta gesta histórica.
Los tres panelistas enmarcaron la gesta de Malvinas como la continuación inconclusa de la guerra por nuestra independencia. Dice la nota editorial de Cuadernos: “desde el arribo de los conquistadores a esta parte del mundo, la lucha contra la opresión fue incesante: la independencia americana reconoce en su haber una larga lista de derrotas tremendas y algunas victorias providenciales”.
El último en exponer fue Owen Crippa quien realizó un desarrollo histórico sobre las intensiones de los Ingleses por adueñarse de Malvinas y su valor estratégico, sobre el contexto en que se desarrolló la guerra y los factores externos e internos que la generaron.

La desargentinización

Su exposición estuvo integrada a su experiencia durante y después de la guerra. A su vez, dio fundamentos sobre el proceso desmalvinizador. Explicó que una de las armas que es empleada en todas las guerras es la acción psicológica y que expresiones que utilizaron en los medios de comunicación los británicos durante la guerra son reproducidas en la actualidad por periodistas y políticos.
Sostuvo: “Cuando comenzó la guerra de Malvinas, la mayoría de nuestros medios ingenuos, y hoy muchos que lo repiten, dijeron: ‘Argentina invadió Malvinas’, y yo me pregunto: ¿Cómo podemos invadir algo que es nuestro? ¿Por qué no dijeron ‘Argentina recuperó Malvinas’?” Luego profundiza: “En la propaganda inglesa ellos pasan a ser de país ocupante a país agredido, y toda la prensa lo toma incluyendo la argentina. Con el proceso de desmalvinización se nos ocultaron muchísimos detalles de esa guerra y se nos presentaron todas sus miserias. La desmalvinización ha logrado culpabilizar a la víctima.” Según el Veterano de Guerra este proceso es mucho más profundo y debería llamarse desargentinización.
Luego de las tres intervenciones se abrió el micrófono para preguntas y opiniones que fueron aportando nuevas aristas al tema tratado y generaron un rico intercambio entre los panelistas y el público. Antes de finalizar la conferencia Eduardo Lualdi realizó una invitación para el 7 de noviembre, cuando se conmemorará el Bicentenario de la Batalla de Suipacha en las mismas tierras donde se desarrolló el enfrentamiento, y dijo: “Va a ser un hecho político muy importante desde el punto de vista de la unidad de la patria grande y desde el punto de vista nuestro, porque efectivamente Suipacha es un camino posible para el encuentro de todos los patriotas. Seguro va a ser conmovedor.

Héroes y Antihéroes

Está claro que el ejemplo de los que defendieron la soberanía nacional y territorial ha sido ocultado y deformado por quienes llevaron la patria a este oscuro presente. No pueden enfrentar el ejemplo de los verdaderos patriotas.
Quienes encarnan la entrega y la sumisión nacional ocultan sus enseñanzas, disminuyen su trascendencia y deforman la verdad histórica. No olvidamos, por eso, tampoco a los otros; a los innombrables, a los que negociaron, callaron y entregaron la causa de Malvinas. A los gobiernos de las políticas (de ayer y de hoy) de relaciones carnales, que nada consiguen (o nada al menos a favor de nuestra soberanía).
Ellos también fueron referidos en el panel, en las exposiciones y en la charla posterior. Pero bueno; la nota se hizo larga y preferimos hablar de los héroes de Malvinas. De los otros, los “cabezones”, los “jefes” de todo; los que no planificaron nada, lucharon poco, se rindieron rápido, olvidaron enseguida y se borraron después… de ellos hablan casi todas las otras notas de esta revista…

Nota:
(1) Se han utilizado datos y extractos del Documento para los festejos del Bicentenario realizado por la Comisión Provincial por el Bicentenario de la Patria.

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viernes, 20 de agosto de 2010

La luz que está en las cosas (II)

Fotos de Pablo Felizia

La luz que está en las cosas (II)




En su alma de conchillas,
la estela asciende.
Caracoleo. Espiral que el verde rompe.
La estela asciende, la rama verde;
el viento verde, la vida
en su alma de conchillas. El verde,
donde hubo mar.




Vientre de barco quieto
conversa con esta miel del río.
Se encrespan
las aguas bravas. Pelean historias de
de viejas travesías. Río bravío.
Los mástiles golpean al viento
y el puerto espera.
Es un andén la dársena
y la quilla
vuelve a soñarse potro desbocado.
¡Leven anclas, compañeros! ¡Y que
sople tempestad!

Textos: fragmentos de Lucio Saccardi

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jueves, 19 de agosto de 2010

La luz que está en las cosas

Fotos de Pablo Felizia

La luz que está en las cosas





Ninguna paz es por siempre
el gris que amaga quedarse
es una tregua
insinuada por el polen.
Bajo la dermis y desde las raices
sigue subiendo la savia
que estalla en la rabia
del árbol florecido.



Aquellas escalas,
rígidas costillas de la pendiente,
trazan las estelas
de un andar por el mundo.
Pasos del duro combatir el peldaño en la piedra
y el descanso que no es detenerse.
Aquellas escalas,
pentagrama de la barranca,
acompasan la marcha
de nuestros pies, parturientos de camino.



Puerto es la tarde y puerto es el aire.
Puerto es andenes y puerto es espera.
Abajo es el río y arriba es el viento.
El óxido que carcome las proas
sueña apoderarse algun día
de la fuerza que golondrina las olas
y bentevea las tardes.
El barco que cruje en los remaches
y en la terquedad de las quillas
se mece en la espera
de nuevos meandros y bancos de arena.





Nunca se queda la tarde,
y este río aquí que no espera.
¿A qué detenerse, si puerto es agua?
¿A qué dormir, si sueño es ave que migra?
Vale más ser andén y marejada
en la dársena del día.
¡Leven anclas, muchachos! ¡Y que
sople temporal!

Textos: fragmentos de Lucio Saccardi

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miércoles, 18 de agosto de 2010

El domingo actuará Prana en Paraná

Música americana de autor

El domingo actuará Prana en Paraná

El domingo 22 de agosto a las 21 en San Martín 958, (Café Gregoria del Club Social de Paraná) se presentará el trío PRANA, un tránsito por músicas de aires americanos y el cruce con la poesía. Matías Lapunzina (guitarra, piano, voz, piánica y kalimba), Emanuel Rifel (percusión) y Horacio Lapunzina (piano y voz) recorren un repertorio intimista y para escuchar junto con el silencio.

El recital es parte del ciclo de música Latinoamérica de El Gregoria Café.

Se ruega puntualidad por capacidad limitada.

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martes, 17 de agosto de 2010

A 160 años de la muerte de San Martín

A 160 años de la muerte de San Martín


Nosotros


Por Martín Tactagi


Muchas son las miradas que se pueden aportar a la histórica gesta de San Martín. Nosotros, con humildad, ponemos el ojo en esa sombra que traspasa la figura del hombre, incluso la del prócer, y abarca la de todo un pueblo.

A veces pareciera que fue el único, otras el más grande y, para ser honestos, méritos no le faltaron. Pero como San Martín hubo otros, tal vez no tan inmensos pero con una característica en común. Dejar de pensar en su ombligo para pensar en los hombres que los rodean. San Martín, Belgrano, el almirante Brown, Alem, los viejos anarquistas y socialistas, el Che, el viejito Maradona que se fue a curar aborígenes al chaco, Favaloro, y tantos, tantísimos otros, que lejos de pensar en sus carreras, proyectos, y bolsillos personales, anduvieron la vida detrás de la causa común. Valen todos como ejemplo del hombre distinto que lejos de enarbolar el egoísmo escrito con sangre desde la revolución francesa hasta nuestros días, escribieron sus propias historias al servicio de Los Otros.
Esos otros somos nosotros, fuimos nosotros y seremos nosotros. Un nosotros anónimos, tantas veces ensimismados, andando el derrotero de pensar en nuestras vidas, y en cómo podemos salvarnos. No tan lejos como la revolución francesa, más bien cerca, dos décadas nomás, a comienzo de los noventa, hubo filósofos políticos que escribieron, tras el derrumbe de la URSS, sobre el fin de las ideologías. Se terminó, decían, el proyecto del socialismo (y lo decían justamente por un país que había abandonado el socialismo hacía cuarenta años) es tiempo de que cada uno piense su individualidad, de pensar en mí, no en nosotros, de hacer como rezaba la publicidad de Fido Dido, de Seven up, “hace la tuya”. Y fueron muchos lo que hicieron la suya, acá, con el menemismo, con la entrega diaria del país, muchos hicieron la suya y se volvió interesante privatizar, dejar el estado por inoperante y corrupto, aplaudiendo cada servicio entregado, cada empresa privatizada, cada tren desarmado. Es cierto que también estuvieron otros que no aplaudieron sino que protestaron, que gritaron pero que en ese tiempo fueron menos que los aplaudidores. Por eso, el aplauso pasó junto a las privatizaciones y al hacé la tuya. Pasó.
El tiempo demostró que los aplausos fueron tan equivocados como la profecía del fin de las ideologías. Se demostró diez años después, cuando aquellos primeros gritos crecieron junto al hambre, y el país entero se convulsionó. Nos convulsionamos. No el mí, sino el nosotros, o el mí unido al vos, caminando nosotros, el desocupado con el comerciante, piquete y cacerola. Nosotros. Aprendimos a fuerza de ver morir chicos de hambre, viejos de enfermedad, hombres de angustia. Algunos se fueron, la mayoría nos quedamos. Aprendimos.
Pensar en un San Martín que aprendió esto, es la mirada que proponemos. Miremos el nosotros que constituye una Nación, un pueblo, y no el nosotros que forma una isla entre los ríos de corrupción que venden el país. Porque como dijo Favaloro, la corrupción mata. Mirar hacia otro lado no nos hace inocentes, nos vuelve responsables. Pensar y nadar contra toda la corriente, es obligarnos a no ser indiferentes ante el pibe que nos pide la limosna, ni el viejo harapiento que duerme en un banco en la plaza, ni los trabajadores de Ejemplar, con frío y penas, tomando la fábrica, ni el almacenero que nos anota en la libreta y cuando tenemos plata vamos al súper, que es más variado. Nadar contra la corriente es no hacer la tuya, es hacer la nuestra. Es cierto que hay cosas que nos sobrepasan, que le corresponden al gobierno, pero en un país con gente pobre y presidentes millonarios, 65 millones del matrimonio K (para ser precisos), sepamos de dónde no van a venir las soluciones.
Por eso, este 17 de agosto, el ejemplo de San Martín, el de nuestros mártires que dejaron el pellejo peleando contra la dictadura por un país mejor, peleando en las Malvinas por un país soberano, nadando contra la corriente en los noventa, por todos ellos, pensemos que otra país puede ser distinto. Nosotros.

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lunes, 16 de agosto de 2010

El sacamuelas que hizo temblar los cimientos del imperio

Tiradentes, patriota de la independencia

El sacamuelas que hizo temblar
los cimientos del imperio

(Por Claudio Puntel)


De haberse dedicado a trabajar la madera, hoy sería recordado como "o Carpinteiro"; pero su oficio de sacamuelas (entre los tantos que frecuentó) hizo que la historia lo nombre como "Tiradentes". Se llamó Joaquín José da Silva Xavier y nació en Minas Gerais un día como hoy, pero del año 1746. El imperio portugués lo ejecutó en 1792 por haber encabezado una rebelión de mineros.

“Tiradentes era un hombre del pueblo”, describía Darcy Ribeiro. Todo lo que aprendió fue gracias a la “experiencia, en su vida de tropero, minero, de curar enfermos, de dentista famoso y alférez. Pero, sobre todo, de conspirador”.

Sus padres fueron un propietario rural portugués, llamado Domingos da Silva Santos y la brasileña Maria Antônia da Encarnação Xavier. Tiradentes apenas había pasado los 10 años cuando murieron su madre y su padre. Fue puesto bajo la tutela de un padrino que era cirujano.

El imperio en Minas Gerais

Según un trabajo de Ivan Vellasco, el escenario político del imperio portugués entre 1780 y 1840 se desarrollaba “prácticamente al margen y por encima de la población, formada por esclavos, libertos y hombres libres pobres” (Andrade Vellasco, Ivan. Os predicados da ordem: os usos sociais da justicia nas Minas Gerais 1780-1840 Universidade Federal de Sao Joao do Rei).

Como hizo el colonialismo español en Potosí imponiendo el sistema de la mita; también en Minas Gerais, el trabajo minero era realizado bajo condiciones de esclavitud y semi esclavitud. En 1789, el gobierno colonial intentó implantar un nuevo impuesto que implicaba una tasa obligatoria de 538 arrobas de oro en impuestos atrasados (desde 1762). La ejecución de la medida fue encomendada al nuevo gobernador de Minas Gerais, Luís Antônio Furtado de Mendonça, vizconde de Barbacena.

Tiradentes

Habiendo trabajado como minero, Joaquim Da Silva Xavier se hizo técnico en reconocimiento de terrenos y en exploración de recursos mineros. En 1780 pasó a trabajar en el estado, al alistarse en el ejército de Minas Gerais. Al poco tiempo, la reina María I, lo nombró comandante de patrulla del Caminho Novo hasta Río de Janeiro, que garantizaba el transporte del oro y los diamantes de la región. Aquél trabajo le permitió conocer de cerca y desde adentro las misiones de exploración que la metrópoli emprendía en el Brasil. La evidencia de las injusticias reflejadas por las diferencias entre lo que se llevaban los portugueses y la pobreza en la que seguía viviendo el pueblo instaló en su conciencia el descontento y la rebeldía.

De regreso a Minas Gerais, emprendió la militancia por la creación de un movimiento independentista para Brasil. Logró captar a miembros del clero y algunas personas con influencia, como un ex secretario del gobierno, además de poetas, magistrados, empresarios y militares. La independencia de las colonias británicas en Norteamérica contribuyó a que el movimiento ganara apoyo ideológico.

Entre los colonos crecía el descontento, puesto que la producción de oro en la región venía disminuyendo. La implantación del nuevo gravamen fue la chispa que encendió la rebelión y unió a los sectores más populares con el movimiento de Tiradentes.

Los inconfidentes –tal el nombre que recibió el movimiento- salieron por las calles de Vila Rica vivando a la República, a lo que la población adhirió inmediatamente. Su bandera llevaba la inscripción “Libertad, aunque sea tarde”.

Al mismo tiempo de luchar en Minas, bregaron por la adhesión de otras provincias, principalmente Río de Janeiro y Bahía. Entre sus objetivos, la conspiración se proponía implantar una república parlamentaria; abolir los monopolios reales y la esclavitud. Pretendían crear industrias, primero de hierro y pólvora, después de cualquier tipo de manufactura. Luchaban por un “Brasil de y para los brasileros” (Darcy Ribeiro).

Traición y condena

La delación por parte de algunos militares portugueses impidió el salto de la conspiración a revolución. Los traidores recibieron a cambio la condonación de sus deudas con la Hacienda Real. En 1789 fue suspendido el impuesto y Barbacena ordenó la prisión de los rebeldes.

Al ser apresado y ante la imposibilidad de negar los cargos; Tiradentes reconoció: “Que era verdad que se premeditaba una sublevación y él confesaba ser quien había ideado todo, sin que ninguna otra persona lo indujese, ni le inspirase nada y que una vez proyectada la mencionada sublevación…. pensó en la independencia que podría tener este país, y comenzó a desearla y, finalmente, a organizar de qué manera podría realizarla”.

Fue un sábado. El 21 de abril de 1792, Tiradentes fue llevado en procesión por las calles de Río de Janeiro hasta el patíbulo. Lo ahorcaron y descuartizaron. Con su sangre firmaron la certificación de que se había ejecutado la sentencia de muerte y declararon infame su memoria. Su cabeza fue plantada en un poste en Vila Rica y su cuerpo, distribuido a lo largo de los lugares en los que expuso sus proclama revolucionarias: Caminho Novo, Cebolas, Varginha do Lourenço, Barbacena y Queluz, la antigua Carijós. Su casa fue destruida y todos sus descendientes deshonrados.

Su cadáver estaba lleno de mundo

Según Yupanqui, “algunos hombres se mueren para volver a nacer”, es el caso también de Tiradentes. Como Tupac Amarú una década antes, no pudo ver el fruto de su lucha; pero sus ideales prendieron en suelo firme y en el Brasil volvieron a emerger en la revolución Farroupilha que emprendieron los harapientos del sur en 1835.
Las luces que ellos encendieron iluminaron el camino de las luchas independentistas en Latinoamérica. A doscientos años de nuestra revolución, recordamos al patriota brasilero que, como Murillo, dejó encendida una tea que ya nadie puede apagar.

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domingo, 15 de agosto de 2010

Conviviendo con la basura

Peligros y rebusques

Conviviendo con la basura

(Por Santiago García)

El Viejo Basural de Concepción del Uruguay espera hasta el hartazgo su prometido saneamiento. Mientras tanto, se construyen casas para que nuevos uruguayenses se sumen a los cientos de vecinos que sufren las desgracias de vivir junto a la mugre.

Las bolsas de nylon cuelgan de los árboles como si fueran adornos navideños. Pero en vez de trineos, las descargan caballos desnutridos domados por jinetes desnutridos. “Tengan cuidado porque ese cobra subsidio y vive de la basura” –nos alerta nuestro guía ocasional. Hay muchas fotos que no fueron, ni serán, ya que los “cirujas” son muy cuidadosos con su fuente de ingresos. Es lógico, y coherente con los códigos que se manejan en estas tareas tan crudas. Vivir de la basura no es para cualquiera. Hay que estar curtido y ser muy cacique, para hacerse fuerte en tierra de pesados. “Encima están los punteros de la municipalidad, que te echan a la gente en contra” –agrega nuestro huésped, del que preservamos su nombre.

Lo prometido es verso

El gobierno municipal clausuró el Viejo Basural porque se inundó con la creciente, y las imágenes de los residuos biopatogénicos flotando en el arroyo se volvieron muy obscenas. Allí decidieron instalar un relleno sanitario en Talita, a 150 metros del Arroyo de la China, al que eufemísticamente denominan: Planta de Tratamiento de Residuos. Pero la promesa de limpiar el volcadero abandonado se repitió hasta sonar creíble, ya que el asunto destapó muchas ollas. “Hay mucha gente enferma por acá” –comenta un vecino, mientras camina pisando la huella embarrada de las calles intransitables. El olor es nauseabundo, y a medida que nos adentramos, las montañas de basura alcanzan mayor tamaño. Algunas organizaciones y ciudadanos comprometidos, han denunciado esta situación que llegó a afectar el normal desarrollo de clases en la Escuela de Cristo de los Olivos, pero sólo recibieron Silenzio Stampa como respuesta. “¿Saben lo que debe ser el fondo del arroyo?” –nos interpela nuestro anfitrión, señalando las aguas turbias que hay cerca de la zona del llamado Puente de Hierro.

Nuevas víctimas se aproximan

Una reflexión propia del sentido común, podría plantear la necesidad de trasladar a los vecinos hasta que se efectivice la limpieza del viejo Volcadero. Sin embargo, lo que se está observando es la situación opuesta. Decenas de casas se inauguraron, y hay más de cien que están prontas a entregarse a metros del desastre ecológico. En el fondo de la foto principal, se ve uno de esos barrios. “¿Y adivinen dónde descargan las cloacas las que ya están inauguradas? Acá nomás, a cien metros. En el mismo lugar donde van a descargar las próximas que entreguen” –señalando sitios donde, en poco tiempo quizás, jugarán los chicos. Como si esto fuera poco, existen canteras de hasta 9 metros de profundidad que significan otro gran peligro para los vecinos actuales, y los que están por llegar. La ciudad crece en una zona que está absolutamente inhabitable.

Viaje al país de los indignos

Después de charlas ocasionales y desencuentros, comenzamos a alejarnos del centro del Basural. Sobre el campo de algún vecino, bien cerca de la calle, cruzamos el esqueleto de un colectivo quemado. ¿Qué alimañas habitarán su interior? ¿De qué virus serán portadores los mosquitos que se posan sobre sus charcos de agua? Esas preguntas que nos hacemos nosotros, no forman parte de las preocupaciones de los chicos que juegan a la pelota por allí cerca. Tal vez, ellos pintaron la palabra “gol” sobre el costado derecho del vehículo abandonado. Ojalá podamos darle otra esperanza que no sea la lotería del fútbol. Mientras lo intentamos, seguirán soñando en zafar como Tévez.

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