lunes, 5 de julio de 2010

La crónica que dio la voz

Crítica de libros


La crónica que dio la voz

Por Pablo Gabriel Felizia


Un grupo de hombres habían entrado en la selva. Del barco en que llegaron sobrevivieron algunos pocos: el ejército ultimó a la mayoría. Los que vivieron fueron perseguidos pero pudieron escapar y les creció la barba tan rápidamente como el apoyo de los campesinos de la zona. Un periodista audaz de Buenos Aires tiene la inquietud de conocer. Si sus cálculos funcionan será capaz de darle a Cuba y América Latina algo muy esperado: escuchar por primera vez la voz de Fidel Castro y de Ernesto “Che” Guevara.

Mortales esperas, escondites,
marchas imposibles a pie y en mula,
la confianza jugada a cara o cruz en cada instante
lo acercaron a los grandes protagonistas de su historia

Rodolfo Walsh en el prólogo de Los que luchan y los que lloran, de Jorge Ricardo Masetti
Un grupo de hombres habían entrado en la selva. Del barco en que llegaron sobrevivieron algunos pocos: el ejército ultimó a la mayoría. Los que vivieron fueron perseguidos pero pudieron escapar y les creció la barba tan rápidamente como el apoyo de los campesinos de la zona. Algo estaba pasando en Cuba que hacía resentir los cimientos de América Latina. Eran revolucionarios, decían; hablaban castellano. Un periodista audaz de Buenos Aires tiene la inquietud de conocer. Si sus cálculos funcionan será capaz de darle a Cuba y América Latina algo muy esperado: escuchar por primera vez la voz de Fidel Castro y de Ernesto “Che” Guevara.
1958. El periodista de Radio El Mundo Jorge Ricardo Masetti quiere saber de qué se trata. Los medios que tiene para llegar son escasos y los contactos en la isla insuficientes. Pero él, periodista, necesita conocer.
El libro es una gran crónica de cómo llega a la isla y se encuentra, luego de un largo camino, con los dirigentes de la revolución. Allí conoce también a dos periodistas: uno fue fusilado por el ejército de Batista y el otro al ser apresado “cantó”. Igual se arriesga una y otra vez. Los avatares que va viviendo en la selva y que son registrados puntillosamente lo van transformando.
Es un libro difícil de conseguir. No abunda en las bibliotecas de Paraná y tampoco es fácil encontrarlo en las librerías. Desde 1981 no está al alcance del público pero hoy existen medios electrónicos que permiten acceder al mismo. Su primera edición es de 1969.
Masetti en Cuba, posterior a la Revolución, fue el director de la agencia Prensa Latina que contó con periodistas como Gabriel García Márquez, García Lupo, Onetti y Rodolfo Walsh, entre otros. En 1964, luego de dos años en la selva salteña donde funda el Ejército Guerrillero del Pueblo, es desaparecido por el ejército Argentino y el EGP derrotado. Tenía 35 años.
Rodolfo Walsh, en el impecable prólogo, dice: “Había ido lleno de dudas, prevenciones, sutilezas, y se lo traga la insuperable experiencia de un pueblo en revolución.”
Los catedráticos del periodismo muchas veces han intentado en vano responder a la pregunta: ¿cuál es el papel de periodismo en la sociedad? Con una trama cronológica inmejorable, Masetti no sólo responde sino que deja ver entre líneas los fundamentos de por qué no es promocionado y leído en numerosos ámbitos educativos.
Dice en el prefacio: “mi opinión sobre Batista estaba formada, por supuesto. Pero había que averiguar quiénes eran los que trataban de voltearlo y a qué intereses respondían. La única forma de saberlo, de despejar los interrogantes que siempre dejan abiertos los cables de las agencias noticiosas (…) era ir hasta Fidel Castro y plantearle claramente las preguntas que nos hacíamos aquí”, y cierra la introducción diciendo: “Queríamos saber si las balas que se disparaban contra Batista eran pagadas en dólares o rublos o libras esterlinas. O si se daba en Latinoamérica la desconcertante excepción de que una revolución en marcha hacia el triunfo fuese financiada por el propio pueblo.”

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