Consignas
Por Martín Tactagi
Desde hace un tiempo para acá, el matrimonio montonero siempre desde las trincheras combatiendo, Kirchner-Fernández, ha ido ubicando de un lado y de otro a amigos y enemigos, por lo menos hasta después del 2011, de modo que no queden dudas quién es quién. Lo que sigue son algunas de las consignas lanzadas para orientar la tropa hacia el enemigo común.
Consigna Nº 1 Odiamos la clase media, estamos con los morochos.
La compañera presidenta de la nación, ha dicho “estamos con los morochos”, porque negros queda mal.
El último discurso de la presidenta en el Luna Park puede ser catalogado, sin temor a exageraciones, como uno de los exabruptos más desopilantes de la era K. Quizás tan desopilante como aquel enorme esfuerzo, en vano por cierto, de la presidenta por parecérsele a Evita, en Tucumán, hace dos años. Ahora la presidenta, sin sonrojarse, criticó a la clase media que “se equivoca si cree estar mejor apartándose de los morochos”. La compañera Cristina, militante de base, caminante de las villas y los rancheríos, consagrada a la lucha por los desposeídos, se abraza nuevamente a los morochos y, ¿por qué no decirlo?, a los negros tapes de la patria. Se abraza y los defiende, como lo hizo Evita hace sesenta años. Y no solo la compañera montonera y militante de base Cristina abraza la causa de los “morochos”, también su marido, el compañero Néstor Kirchner, que a 72 horas de abandonar la clínica donde le salvaron la vida estuvo de cuerpo y alma presente. Eso sí, no tuvo palabras, gestos, ni exabruptos; “nadie quiere que se nos vaya a morir en el escenario” se oyó decir a uno de los colaboradores. Entró convaleciente, débil, desoyendo los consejos médicos de guardar reposo, y saludó, nada más. Después se sentó y se quedó quieto, como quien quiere evitarse un nuevo paro cardíaco, por lo menos hasta después del 2011. Otro colaborador preguntó si no era mejor mandarlo a la casa, pero enseguida lo amonestaron:
- Eso es un signo de debilidad
- Es que no se lo ve muy bien…
- Es mejor mostrarlo así que no mostrarlo.
A lo lejos, con fastidio, se le oyó refunfuñar a otro contra Scioli, que definitivamente el manco era el culpable de las dolencias del jefe, pero también lo amonestaron: por ahora, dicen filas adentro, nadie tiene que dejar el corral K, por lo menos hasta el 2011.
Consigna Nº2: Todos adentro.
La compañera Cristina montonera, ha dicho “todos adentro, por lo menos hasta después de las elecciones”
Todo está así, atado con delicadeza, hasta el 2011, después, como se dice en la jerga, dios proveerá. Y, como si tal cosa fuera posible, todos miran a Moyano. Está claro que el flamante presidente del PJ bonaerense es la pieza más peligrosa del armado K. Basta con que el camionero se cruce de vereda para que el convaleciente vuelva a la clínica por una nueva intervención quirúrgica.
Por estas horas, Moyano y su hijo Pablo impiden el abastecimiento del catering para los aviones, con lo cual es probable la paralización del aeropuerto en cuestión de horas. Los motivos: el encuadre sindical. Moyano, tal como hiciera con SIDERAR el mes pasado, exige el encuadre sindical de los choferes en su gremio. La enorme lucha que está llevando adelante el Jimmy Hoffa argentino, es la de crear un aparato político clasista, que defienda los intereses del gremio o del aparato, según se lo mire. Lo que es indudable es el crecimiento del poder del dirigente. Con una capacidad tan grande como para enfrentar a los productores agropecuarios, a los empresarios que le niegan afiliados, y de ser necesario hasta a los mismos gobernadores, lo único que le resta es la solidaridad con los trabajadores. Por ejemplo, los trabajadores de Paraná Metal están cortando la autopista hace dos semanas: ¿se habrá enterado el Jimmy Hoffa Moyano? En Terrabusi tomaron la planta, los reprimieron, los despidieron, y todo esto ante el silencio de Moyano; ¿se habrá enterado? Por ahora, Moyano, el Jimmy Hoffa argentino, está más cerca de sus captores que del líder sindical norteamericano.
A la compañera montonera Cristina algo no la convence de Moyano, no por ser morocho, de hecho la consigna es estar con los morochos y cuanto más negros mejor, pero hay algo en el camionero, sus modales, el estilo, la capacidad de paralizar el país e incendiarlo, su antigua alianza con Rodríguez Saá, hay algo, no está claro qué todavía, que no le gusta mucho. Igual, hasta el 2011, silencio, y como dijo Moreno “acá no se vota, se aguanta lo que hay que aguantar”.
Consigna Nº 3: Estamos con los pibes.
La compañera tomacolegios y presidenta, Cristina, dijo: “estamos con los pibes”.
La toma de colegios ha despertado el interés de toda la sociedad. “Los pibes no están en cualquiera”, se oyó decir a padres en distintos reportajes, y al parecer van en serio. Organizados con guardias y actividades culturales, más la asistencia de los padres y una clara organización, demuestran no sólo de palabra sino en los hechos la justeza de los reclamos, ¿será por eso que la presidenta los apoya? Habría que ver qué dicen si esos reclamos se extienden al resto del país. O habría que pensar las actitudes de sus gobernadores amigos, Urribarri entre ellos, qué hacen cada vez que los docentes hacen paro por mejoras edilicias y de salarios. Entonces la consigna cambia: el derecho de los chicos a estudiar es lo primero y el descuento salarial es el método disuasivo de la protesta. Estamos con las tomas de las escuelas secundarias, si es contra Macri, y por la renuncia de Macri. Esa es la consigna, por lo menos hasta el 2011. A los otros, descuento salarial.
Consigna Nº4: Paremos el golpe.
La compañera montonera y ex senadora por Santa Cruz ha dicho: estamos contra el golpe de la corte suprema en Santa Cruz.
Y su verborrágico chirola en jefe de gabinete, dijo: “Eso es un golpe de Estado. Es una locura. Yo no voy a conspirar contra ningún gobierno, ni de mi color ni de otros colores, por una sentencia de imposible cumplimiento", defendiendo en el Congreso la desobediencia de Peralta ante el fallo de la Corte que le ordena reponer en su cargo al ex procurador de la provincia Eduardo Sosa, echado hace 15 años por Néstor Kirchner.
Y estamos, repite una y otra vez la presidenta montonera, en contra del grupo Clarín, Duhalde, Pino, Techint, y los golpistas.
- ¿Está claro quienes son nuestros enemigos? –gritó la presidenta montonera.
- Sí, presidenta –contestaron los ministros montoneros y liberales.
- ¿Quiénes son nuestros amigos?
- El pueblo.
- ¿Quiénes integran el pueblo?
- Los morochos.
- Así me gusta; ¿cuánto hay que pagar este año de deuda externa, Amado?
- 7.500 millones de dólares
- Bueno, sacalos del Central... Amado, ¿vos seguís siendo liberal?
- No, señora presidenta, ahora adoro a los morochos, sobre todo a los pequeños. Incluso me compré uno, lo tengo en la mesa de luz.
- Está bien, vaya…
Finalmente, el camino largo que hubo de hacer el matrimonio montonero, comenzando por la trinchera en La Plata, siguiendo con la dictadura en el sur, la gobernación menemista, y la presidencia duhaldista después, entre centenares de alianzas, no han sido en vano; ese largo camino desde el sur hacia el centro, a través del tiempo, le permitió descubrir qué eran los DD HH, lo útiles que resultaron en términos políticos, y la cantidad de morochos que hay en el país. Un hallazgo, podría decirse, inimaginable para un montonero del ‘70, privatista y agiornado.
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