jueves, 15 de julio de 2010

El lado oscuro del invierno

Cuando el frío es muerte

El lado oscuro del invierno

Por Santiago García


Mientras algunos medios destacan el costado alegre de las nevadas, miles de entrerrianos y argentinos sufren las consecuencias de las bajas temperaturas. Muertos, intoxicados e incendiados, son los llamados de atención que se repiten cada año ante la atenta mirada de muchos funcionarios.

La noticia dice que “el cuerpo de un indigente fue encontrado en las calle 43 entre 1 y 2 de La Plata”. Falleció “a causa de una hipotermia”, ocasionada por el frío que debió soportar durmiendo en la calle. Es muy fuerte el contraste con las imágenes televisivas que muestran a las familias disfrutando de la inesperada nieve sobre Coronel Pringles, y otras ciudades del sur de la provincia de Buenos Aires. Lamentablemente, en Entre Ríos también hay personas viviendo en esas condiciones. En un informe del Consejo del Menor, se destaca la presencia de 700 chicos durmiendo en las calles entrerrianas. Tras la información que desató la polémica, algunos funcionarios negaron la existencia de chicos en esa situación, pero la desmentida duró poco: al otro día, un menor fallecía tras ser atropellado mientras dormía en un estacionamiento de Concordia. Este tema debería ser prioridad absoluta de toda la clase política, pero es evidente que aquí las mezquindades pueden más que el sentido común, y la codicia tiene corazón de madera.

Otro asunto de especial importancia es la situación de los que habitan viviendas precarias. El caso de Ramón Quinteros, cuya vivienda se habría quemado por una vela prende otra luz roja. Así como este vecino de 73 años del Barrio Cantera 25 de Concepción del Uruguay, tantos otros entrerrianos que hacen malabares para calefaccionar sus hogares, y su situación conmueve y preocupa. Las salamandras o las estufas a querosén son objetos de lujo para algunas familias que se la pelean al frío con fogones. Claro que con cero grados, estos intentos muchas veces son estériles. Y lo que agrava el cuadro es que muchas de estas alternativas son inseguras y no tan económicas. “La gente que vive en el centro, paga dos pesos de gas natural, y los pobres pagamos 30 pesos una garrafa”, denuncia Jorge, un albañil uruguayense. La extensión de la red de gas natural debería ser otra de las políticas públicas de mayor importancia, pero brilla por su ausencia.

Finalmente, cabe destacar el caso de una madre y sus hijas que fallecieron a causa de una intoxicación con monóxido de carbono. ¿No será mejor incentivar el consumo de calefactores, en vez de plasmas y autos cero kilómetro? La pregunta abre paso a muchas respuestas. Entre algunas tibias iniciativas que se dieron esta semana, referentes de la oposición porteña realizaron un “frazadazo” contra Mauricio Macri por sus nulas políticas de contención de las personas en situación de calle. Lamentablemente, esto no alcanza. Si bien hoy el discurso oficial camina a contramano del neoliberalismo, y de la ausencia de políticas sociales en los años ‘90, la realidad es que muchos temas se repiten dando cuenta de que es poco lo que ha cambiado. El reclamo de Juan L. Ortiz, porque “hermanos nuestros tiritan aquí, cerca, bajo la lluvia”, sigue vigente.

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