martes, 14 de septiembre de 2010

Paraná con los trabajadores de Paraná Metal

Jornada de lucha en el Túnel


Paraná con los trabajadores de Paraná Metal

Por Ignacio González Lowy


Los obreros de la autopartista Paraná Metal, que vienen sosteniendo una feroz pulseada con el empresario Cristóbal López (el “zar del juego”, amigo y “socio” del gobierno nacional) por preservar sus fuentes de trabajo, recibirán este miércoles la solidaridad de los trabajadores de todo el país, entre ellos de los entrerrianos.

Será en el acceso al Túnel Subfluvial. Convoca la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) Paraná, adhiriendo a la jornada de lucha nacional en apoyo a los obreros despedidos de Paraná Metal, fábrica autopartista de Villa Constitución (provincia. de Santa Fe).
La pelea de los trabajadores de Paraná Metal viene desde hace mucho tiempo: en diciembre de 2008 fueron las primeras suspensiones desde el comienzo de la gran crisis. Pero fue a mediados de este año que la política de la empresa ya fue descarada: buscaban reducir la planta de personal a la mitad (ya, entre retiros voluntarios y jubilaciones, habían bajado de 1.200 a 900 empleados). “Ni un solo compañero despedido”, dijo la Unión Obrero Metalúrgico (UOM) de Villa Constitución. Esta última etapa de la lucha incluyó más de quince días de cortes en la autopista Rosario – Buenos Aires, además de movilizaciones de los obreros, que marcharon varios kilómetros en diferentes oportunidades, y asambleas multitudinarias (más de 12.000 personas en la más importante) en las que recibieron la solidaridad de otros trabajadores metalúrgicos y de otros gremios, comerciantes y pequeños productores del campo y de la ciudad, estudiantes secundarios y universitarios, y de los vecinos en general.

Quién paga la crisis

Es que todos saben, en el sur santafecino, y más allá y más acá, que lo que está en juego en Paraná Metal es mucho más que (¡lo que no es poco!) el salario y el trabajo de 900 obreros. Si esta lucha concentra la mirada de tantos actualmente, es porque allí está en disputa la piedra angular de la mayoría de los conflictos que en el país y en nuestra región se están expresando de mil distintos modos: quién paga la crisis.
El llanto emocionado de los familiares de los obreros en conflicto, en ocasión de las movilizaciones y los actos más masivos, la presión de la unidad popular que llevó a que hasta los intendentes de Empalme Villa Constitución, Pavón y Fighiera tuvieran que apoyar la movida; muestran la fuerza pero también la bronca de todo un pueblo decidido a defender a los suyos. Esta bronca llevó en estos días a rechazar la propuesta de la empresa de continuar con 300 empleados con “sueldo normal” y que otros 600 se turnaran en un esquema de suspensiones rotativas (que, subsidio del Estado de por medio, les “garantizaba” cobrar un salario recortado durante un año).
Es que los trabajadores, sus familiares, compañeros y vecinos en general, lo perciben: en la vereda de enfrente, la desvergüenza no tiene límites. Cristobal López, al mejor estilo Taselli (por nombrar otro vaciador de empresas conocido por estos pagos), usufructuó durante dos años de los millonarios subsidios del gobierno nacional y, cuando ya no le convino seguir especulando con la situación de la empresa, decidió desligarse de la misma en situación de concurso de acreedores, dejándola al borde de la quiebra.

En Paraná también

Ricardo Sánchez, secretario general de la CTA Paraná, afirmó (a APF) que el acto previsto en el Túnel Subfluvial, en el acceso a Paraná, se realizará “solidarizándonos no sólo con los trabajadores de Paraná Metal, sino también con todos los de la provincia que están atravesando por inconvenientes, como los de los Frigoríficos Santa Elena y Swift, Bonessi, Textil Ejemplar, y los compañeros del Hospital San Martín”. Estarán presentes trabajadores de la educación (AGMER) y de la Unión de Conductores de la República Argentina (UCRA), en conflicto por el despido (por parte del grupo Flecha Bus) de seis trabajadores; así como diversos gremios integrantes de la CTA y organizaciones político sindicales como la Corriente Clasista y Combativa.
Nuevamente, en las calles y en las rutas, los trabajadores ponen el cuerpo donde se dirime la madre de todas las batallas: si la crisis la pagarán, como casi siempre pasó en la argentina, los trabajadores de a pie o los empresarios y usureros amigos del gobierno de turno. Desde esta revista, hay algo que tenemos bien en claro: se podrá ganar, se podrá empatar. Pero mientras haya pelea, unidad y solidaridad entre los trabajadores y en contra de los usureros; la derrota jamás tendrá un lugar definitivo en esta historia.

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