martes, 27 de julio de 2010

“Leones por corderos”

A propósito de Afganistán

“Leones por corderos” (película)
Por Santiago García


Ahora que se vuelve a cuestionar la estrategia yanqui en Afganistán y que Obama reforzó el envío de tropas, es una buena oportunidad de ver esta película que critica diversos aspectos de la campaña militar post 11 de septiembre de 2001.


Dirección: Robert Redford
Guión: Matthew Michael Carnahan
Reparto: Robert Redford, Meryl Streep, Tom Cruise.
Duración: 96 minutos
País: Estados Unidos
Año: 2007

Leones por Corderos (Lions for Lambs) es una radiografía de la política exterior norteamericana, pero es más que eso. Son varias historias que se cruzan en torno a la invasión yanqui en Afganistán, perpetrada como consecuencia de la ofensiva que le siguió al derrumbe de las Torres Gemelas. En primer lugar, un senador republicano que sin importar los “daños colaterales” quiere imponer una estrategia militar que pueda contrarrestar la devastadora guerra de guerrillas a la que se ve sometido el imperialismo norteamericano, empantanado en Medio Oriente. El personaje, muy sólidamente construido para lo que Tom Cruise nos tiene acostumbrados, tiene un contrapunto durante toda la película con una periodista veterana que desconfía del congresal. Encarnada por Meryl Streep, la entrevistadora tiene una posición crítica tomada respecto de la guerra, y deberá resolver el conflicto ético de publicar una información de la cual desconfía.
Otro de los personajes fuertes de la película es el actor y director Robert Redford, un ferviente promotor del cine independiente y siempre dispuesto a las películas que ponen en cuestión el “estilo de vida americano”. En esta oportunidad, encarna a un profesor universitario que interpela a sus alumnos, intentando rescatar el sacrificio y los valores, frente a un alumnado que se ve tentado por las mieles de la vida fácil. Durante la película, mantiene un interesantísimo debate con uno de sus alumnos predilectos, donde se discute el “qué hacer” con la vida, pero también la corrupción y la podredumbre de la política norteamericana. Finalmente, cabe destacar el papel de dos de los mejores alumnos de este profesor, quienes se encuentran luchando en Afganistán, mientras todos los diálogos transcurren. Son un negro y un latino, quienes paradójicamente se la juegan y se comprometen por el país que les dio la espalda más de una vez.

Técnicamente, la producción tiene algunos logros dignos de destacar, aunque lo que sobresale por sobre todas las cosas es un guión que aviva debates que aún hoy dividen a la sociedad norteamericana, y tiñen el rumbo de la política mundial. A su vez, la película también es una buena excusa para discutir el rol de los medios de comunicación ante la guerra, y el negocio que ella representa para las grandes cadenas. Fundamentalmente, es una película yanqui que brinda muchos elementos para pensar, y eso ya es un hallazgo en los últimos tiempos.

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