martes, 20 de julio de 2010

Hiroshima –Hadashi no Gen- (Película)

El imperialismo y el horror de la guerra


Hiroshima –Hadashi no Gen- (Película)

Por Santiago García


Las letales consecuencias del ataque nuclear desatado sobre el pueblo japonés, vuelven a encender una alarma por el conflicto entre Estados Unidos e Irán y Corea del Norte, que nunca se ha apagado del todo. En esta nota presentamos una película que representa la destrucción masiva, el Imperialismo y la dignidad de los pueblos, desde la voz y los ojos de los niños.

Guión y creación: Keiji Nakazawa
Dirección: Mori Masaki
Duración: 85 minutos
País: Japón
Año: 1983

Continuando con la serie sobre el cine animé japonés, en esta oportunidad desde Río Bravo analizamos la película Hadashi no Gen, popularmente conocida como Hiroshima. Esta historia basada en un Manga creado por Keiji Nakazawa y dirigida por Mori Masaki, expone los bombardeos nucleares con una crudeza que sólo puede ser alcanzada por este género. Sin embargo, el híper realismo no es el mérito principal del relato, cuya cronología comienza en los días previos al 6 de agosto de 1945, y finaliza con las indelebles secuelas del horror de los años posteriores. Quizás el elemento que más vale la pena destacar de la obra, es que desde la mirada del pequeño protagonista, quien sufre en carne propia la exposición a la radiación, se encaran temas tan complejos como actuales. Hadashi no Gen da cuenta, por supuesto, de la voracidad y la falta escrúpulos del imperialismo yanqui. También es representado con precisión, el rol mitad cómplice y mitad pedante que asumió el Gobierno Japonés, antes durante y después del ataque. A su vez, la solidaridad popular que afloró en condiciones aberrantes, es el punto de partida para un mensaje esperanzador que no es poca cosa ante más de 200.000 muertes perfectamente evitables. Semejante densidad temática, es pasada por el tamiz de los ojos de un chico que entre tanto horror, se permite ser niño y todo, aunque se acelere su maduración al ritmo de la desgracia.

Por otra parte, la película también nos permite reflexionar sobre los acontecimientos que actualmente marcan la política internacional. En ese sentido, es fuerte la desilusión de aquellos que depositaron excesivas esperanzas en el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. Parecen haberse olvidado que el imperialismo es esencialmente expansivo aunque a veces cambie los enemigos y otras los métodos. La existencia de un club de países con permiso nuclear integrado por Rusia, China, Francia, Inglaterra y Estados Unidos, merece especial atención, aunque el problema sea más complejo. La novedad de estos tiempos modernos es que ahora no sólo las superpotencias están en condiciones de perpetrar un ataque nuclear. Israel, Pakistán, India, Corea del Norte e Irán, que recientemente fue señalado por Fidel como posible blanco de ataques, vuelven al Tratado de No Proliferación Nuclear más inútil de lo que siempre fue. Ni las potencias ni los “desobedientes” se muestran dispuestos a desarmarse, lo que hace más delicado el conflicto. Para colmo, detrás de los pequeños países, casi siempre están las mismísimas potencias. Tal es el caso de la “sociedad” entre Israel y Estados Unidos, o de la India con Rusia y China. El futuro es lisa y llanamente incierto.

En conclusión, Hiroshima es una interesante oportunidad de ver con toda fidelidad lo que se esconde detrás del peligro latente de una agresión nuclear. Gracias a la inagotable variedad de recursos técnicos que caracteriza a estos dibujos animados, se exponen muerte y desolación, pero también rebelión y esperanza a un ritmo vibrante. Ante este complejo presente, viene bien esta ocasión de repasar la historia no tan lejana para comprender mejor el futuro que podría acecharnos.

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