domingo, 8 de agosto de 2010

El "neomenemismo" y la entrega del patrimonio uruguayense

Cambia el discurso pero no las mañas


El "neomenemismo" y la entrega del patrimonio uruguayense

Por Santiago García


Como en los 90 con las privatizaciones, hoy las irregularidades pasan por las licitaciones y los emprendimientos de dudosa o nula utilidad. El caso del Mercado 3 de Febrero y la Terminal en Concepción del Uruguay.

Muchos de los que hoy nos gobiernan aplaudieron las privatizaciones de pie. El matrimonio Kirchner fue uno de los principales promotores de la entrega de la empresa YPF a manos privadas, recibiendo millonarios fondos cuyo destino todavía provoca airados reclamos. En nuestra provincia, algunos que ahora se cobijan bajo el manto del discurso nacional y popular, formaron parte de la fiesta menemista.

Tal es el caso de Miguel Marizza, quien con su constructora Caballi S.A. ha “ganado” una polémica licitación para quedarse con la Terminal de Ómnibus y la concesión por 50 años del Mercado 3 de Febrero de Concepción del Uruguay. Este "empresario que viene a invertir en la provincia", según los dichos del gobernador Urribarri, comandó la privatización de EPEER, como funcionario de Busti. El premio no se hizo esperar y pronto llegó, de la mano de Carlos Bastos, a ser funcionario de Dromi en Obras Públicas durante el menemismo. Allí fue procesado por negociaciones incompatibles con los deberes de funcionario público, en una causa que proscribió en abril de este año, antes de la licitación que ahora no ocupa. Sus abogados fueron Alberto Faes y Mariano Pinciroli, los mismos que asisten al sindicalista Luis Barrionuevo, autor de la frase insignia del menemismo: "tenemos que tratar de no robar por lo menos dos años".

El pasado miércoles 28 de julio, Caballi S.A. ganó una licitación de la que fue único oferente y autor de la iniciativa privada, para construir una nueva Terminal en un terreno alejado de la ciudad, propiedad de la firma Pietroboni. A cambio de esta obra de bajo costo, Marizza se quedará con la actual manzana de la Terminal, ubicada en el corazón de la ciudad, y la concesión del Mercado 3 de Febrero por 50 años, para instalar allí máquinas de póker electrónico. Hasta la elección del terreno genera sospechas, porque la empresa Pietroboni, dueña del mismo, que planea construir el polémico Puente a la Isla, comparte entre otras obras la renovación del Hospital Centenario de Gualeguaychú con Caballi S.A.

Neomenemismo nacional y popular

Lógicamente, todos estos proyectos cuentan con el aval de todo el oficialismo uruguayense, pasando por el vicegobernador Lauritto, el intendente Bisogni y, como quedó demostrado anteriormente, por el propio gobernador Sergio Urribarri. A pesar de los numerosos reclamos de la oposición, de organizaciones sociales y de la ciudadanía uruguayense (que se expresaron en la marcha por la falta de agua, en las silbatinas del 25 de mayo y en la indiferencia con el discurso de Bisogni del 9 de julio), se sigue avanzando viento en popa con estos emprendimientos que implican la entrega de quizás los más valiosos patrimonios de la ciudad.

Alguna vez, Martínez de Hoz elogió a Menem por continuar con la política económica de la dictadura, bajo condiciones democráticas. Actualmente, el ex emperador riojano debe admirar a este gobierno que continúa con el plan de entrega y corrupción, pero con el discurso de "Bombita" Rodríguez. La deuda externa como instrumento de sumisión al imperialismo, el latifundio y la extranjerización de la tierra, más los favores a empresas extranjeras o de testaferros locales (Conarpesa, los trenes chinos, Telefónica, Barrick Gold, y siguen las firmas) son las pruebas de que vivimos tiempos de neomenemismo. ¿Hasta cuándo?

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