lunes, 9 de agosto de 2010

Algo cambia en la mujer que participa

En Paraná - Encuentro Nacional de Mujeres 2010


Algo cambia en la mujer que participa

Por Jesuana Aizcorbe


El año pasado, en la ciudad de Tucumán, miles de mujeres aclamaron Paraná como la sede del XXV Encuentro Nacional de Mujeres. Los Encuentros crecen año a año, y son un espacio ganado por las mujeres que lo protagonizan en cada lugar, luchando para que sus voces sean escuchadas, a través de una modalidad horizontal, abierta, democrática y participativa.

En cada Encuentro, las mujeres aprendemos juntas que nuestra situación de opresión no es un destino, contradiciendo una práctica social que nos es impuesta. Es en los talleres del Encuentro donde se recupera la voz de las que no tienen voz: compartir la común opresión de género nos conmueve profundamente. Descubrimos que el lugar que ocupamos en la familia y la sociedad tiene causas y responsables, y que puede ser modificado.

A la vuelta del Encuentro tenemos los mismos problemas que dejamos tres días antes, pero nuestra mirada cambia. Este año, el Encuentro Nacional de Mujeres se realiza en Paraná, los días 9, 10 y 11 de octubre.

La situación de las entrerrianas

Las mujeres de Entre Ríos sufrimos lo que sufren millones de mujeres en todo el país. Somos la quinta provincia en materia de femicidios. Durante el 2008, 14 entrerrianas fueron asesinadas, y más de 10 en 2009. La mayoría de estos crímenes siguen impunes.

Mujeres como Ramona Mariela Miño mueren todos los días por abortos clandestinos; quienes sobreviven muchas veces quedan mutiladas. Según las últimas cifras oficiales, durante el primer cuatrimestre de 2007 ingresaron a los hospitales de la provincia 482 mujeres por complicaciones a causa de abortos clandestinos; 103 de ellas era menores de 20 años.

Mujeres como Rita Cerrudo y LG de Hasenkamp son llevadas a situaciones como las que vivió Romina Tejerina y tantas otras en todo el país.

Muchas son violadas, abusadas, sometidas diariamente a violencia física, psicológica y económica. La mayoría de estos episodios son silenciados, o pasan a engrosar la lista de las denuncias que la policía no quiere tomar, responsabilizando a las víctimas de la violencia sexual y de género de su situación.

Irene Cabrol, la madre de Fernanda Aguirre, murió a principios de este año sin saber qué pasó con su hija, secuestrada hace casi seis años en San Benito por las redes de trata, a pesar de la lucha de su familia y del apoyo de todo el pueblo que la rodeó de solidaridad, enfrentando el silencio y la impunidad.

La ruta 14, la ruta del Mercosur, que atraviesa nuestra provincia, es tristemente conocida como la ruta de la trata, y Entre Ríos es considerada zona de “ablande” de las cientos de hermanas misioneras, chaqueñas, correntinas, santafecinas, paraguayas, que son sometidas a la esclavitud sexual. El único procesado por un delito de este tipo tuvo una condena que, lejos de ser ejemplar, es una burla para las mujeres esclavizadas por las redes de trata. El gobierno, muchos políticos y funcionarios policiales son cómplices de este flagelo o miran para otro lado, cuando no son un socio más de este negocio. En nuestro territorio hay habilitadas 101 whiskerías, donde mujeres como Marta Rodriguez encuentran en la muerte la única salida.

Muchas mujeres son explotadas, trabajando en situaciones muy duras, como las que viven diariamente las trabajadoras rurales, y las mujeres que trabajan en los hipermercados y en los frigoríficos de toda la provincia.

Y esto es sólo una pequeña muestra de la dura realidad que nos golpea diariamente a todas las mujeres, mientras el gobierno provincial no hace nada para cambiar esta situación.

Luchando para dar vuelta la taba

Pero las mujeres entrerrianas vamos construyendo los caminos para enfrentar esto entre todas, unidas, porque sabemos que solamente juntas podemos enfrentar lo que nos pasa.

Miles de compañeras docentes llevan adelante hace años una lucha inclaudicable por la defensa de la educación pública, enfrentando las presiones y los descuentos reiterados del gobierno de Urribarri, quien intenta hacer a los docentes responsables de garantizar la educación de nuestros gurises.

Mujeres que trabajan en la salud se ponen al hombro, todos los días, la atención de los pacientes, en un sistema de salud colapsado, y luchan por aumentos salariales y mejores condiciones de trabajo.

Las mujeres de Gualeguaychú son protagonistas de la lucha contra la instalación de la pastera Botnia, a pesar de que algunas de ellas son acusadas por el gobierno nacional de delincuentes, judicializando un proceso de lucha que es un ejemplo para todo el país. No bajan los brazos y estrechan lazos con las mujeres que en todo el país enfrentan a estas empresas multinacionales que vienen a saquear nuestros recursos, destruyen nuestro medio ambiente y asesinan a nuestros hijos. Luchamos por la preservación del Acuífero Guaraní, una de las mayores reservas de agua dulce del mundo.

Las mujeres de la comunidad charrúa en Maciá resisten el desalojo de sus tierras, que pretenden ser utilizadas para grandes negocios inmobiliarios.

Las mujeres de la fábrica recuperada Ejemplar se pusieron al frente de la lucha, resistiendo el desalojo y defendiendo su fuente de trabajo.

Fuimos las primeras en enfrentar a la gendarmería en las rutas en el 2008, y encabezamos la lucha por un verdadero federalismo y por los pueblos del interior profundo.

Cada día son más las mujeres que ponen el cuerpo para enfrentar la crisis, y se hacen cargo de la difícil situación de no tener qué darle de comer a sus familias. Luchando todos los días por trabajo genuino y por condiciones de vida dignas; por no perder su tierra, sus fuentes de trabajo, defienden sus raíces y su cultura.

Trabajamos activamente por unir todas las luchas, por confluir para enfrentar estas políticas que no son nuevas, y que vulneran nuestros derechos. Tenemos una historia de más de diez años en la construcción de multisectoriales en toda la provincia.

25 Encuentros, en el año del bicentenario de la Revolución de mayo

Las mujeres entrerrianas invitamos a todas las mujeres del país a participar del XXV Encuentro Nacional de Mujeres en Paraná. Queremos celebrar juntas el bicentenario de la Revolución de Mayo, para levantar las banderas del federalismo, para devolver la tierra a sus verdaderos dueños, para hacer nuestra la herencia de Andresito, de Artigas, de Micaela Guyunusa, que luchó y dio su vida por ver libre a su gente.

A lo largo de veinticinco años, las mujeres construimos una herramienta para transformar nuestras penas y dolores en la fuerza para luchar y cambiar definitivamente lo que es hoy inevitable y necesario cambiar.

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