Criminalización de la protesta (C. del Uruguay)
Un grupo de trabajadores y despedidos de los frigoríficos de Concepción del Uruguay, tienen causas penales por haber cortado la ruta 14 durante menos de un día. Fue en reclamo de mejoras salariales y reconocimiento gremial. Hace casi un año que cargan con esa cruz, que a algunos les impide conseguir trabajo, mientras los corruptos gozan de total impunidad. Aquí les contamos su historia.
Otro de los delegados con numerosas imputaciones es Martín Domínguez, quien lideró los pedidos de libertad a Paredes. Con ese objetivo, dio un discurso memorable en la marcha de la Intersindical Provincial en Paraná, el 30 de septiembre del año pasado. Domínguez carga con otras tantas causas penales del mismo origen que las de Paredes. Estas representan “una mancha social, un problema familiar” y lo hacen pensar en “lo que debe sufrir alguien que estuvo preso”, nos contó entre mate y mate. Al igual que todos sus compañeros imputados, debe concurrir periódicamente al Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, “a firmar un papel donde nos notificamos”, pero que no sabe bien “qué función tiene”. Evidentemente, hay quienes quieren tener bien controlados los movimientos de estos obreros combativos. Pero lo que más le preocupa a Domínguez es la situación “de los compañeros despedidos”, y asegura que los dueños de los frigoríficos “son capaces, y tienen el poder de meternos presos”.
La mayoría de los que participaron de aquella histórica lucha, han sido despedidos de los frigoríficos Fepasa y Becar. El conflicto que se extendió por algunos meses, desencadenó no sólo la detención de Paredes, sino también la imputación de cerca de una decena de obreros. Uno de ellos aseguró a Río Bravo: “ya me trajo problemas a la hora de conseguir trabajo, y sé que es una mancha”. En ese sentido, comentó: “al llevar mi currículum a Megatone, me miraron como si fuera un bicho raro”.
Otros siguen dentro de la empresa, pero son objeto de muchas presiones, “están esperando que pisemos el palito”, comentaron a Río Bravo, y se sienten “culpables por los compañeros que quedaron afuera”.
En el comienzo de la primavera el año pasado, un grupo de obreros defendía sus conquistas e iba por más. Decidieron cortar la ruta 14, y parar la actividad de los frigoríficos que obtienen fabulosas ganancias destruyendo cuerpos. Se enfrentaron a gigantes cobijados con el calor del poder. Hoy son un grupo más, en una inmensa lista de luchadores que son tratados como si fueran delincuentes.
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